Estos ejemplares fueron traídos especialmente de Suecia y Hungría para repoblar el Parque Nacional Iberá. Los ejemplares ingresaron al país tras ser inspeccionados por un agente del Senasa que otorgó un permiso de tránsito para el transporte de la pareja de nutrias gigante hasta el Parque Provincial San Cayetano ubicado en Corrientes, donde se encuentra el predio cuarentenario de importación habilitado por el organismo sanitario nacional.
El llamado “predador tope acuático” no se ha vuelto a ver en el humedal correntino desde mediados de la década del 70 y en Misiones desde los 80. La reintroducción de esta especie al ecosistema del Iberá será posible gracias a un proyecto de conservación de la especie impulsado por la Fundación The Conservation Land Trust Argentina S.A. (CLT) y la colaboración de Parken Zoo de Eskilstuna (Suecia) y al Budapest Zoo (Hungría) que donaron a Lobo y Alondra, respectivamente.
“La nutria gigante es el depredador tope, sería como el equivalente en el agua al yaguareté en la tierra. Su función es fundamental para que Iberá vuelva a estar funcional ecológicamente y pueda ofrecer todos sus servicios en un ambiente sano. Finalizada la cuarentena ambas serán llevadas a los esteros del Iberá en un área de presuelta donde evaluaremos su capacidad de adaptación”, explicó Alicia Delgado, bióloga de CLT Argentina.
La nutria gigante llega a medir hasta dos metros y pesar hasta 35 kilogramos, se caracteriza por vivir en familias de 10 a 20 individuos, es un gran predador y se alimenta casi exclusivamente de peces. Se trata de una de las especies de nutria más amenazadas de Latinoamérica y perseguida por su piel.
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Fuente: https://www.lanacion.com.ar