En los últimos años, la gastronomía en Bariloche se ha hecho notar considerablemente. Uno los lugares para disfrutar diversas delicias es Colonia Suiza, a 25 kilómetros del centro de la ciudad. 

Este lugar fue el primer asentamiento europeo de la región, declarado patrimonio histórico ya que conserva intactas las características originales de la época de su fundación a fines del siglo XIX. Además de presentar paisajes naturales increíbles como el Lago Moreno, la vista de los cerros López y Goye; se pueden observar las plantaciones de fruta fina utilizadas para elaborar dulces, conservas, postres y demás productos de repostería. Sin embargo, la gran experiencia gastronómica de la zona es la “Ceremonia del Curanto”.

Este plato tradicional de la región araucana fue introducido desde Chile por Emilio Goye, uno de los primeros pobladores de la colonia. El mismo consiste en preparar el tipo de carne, de preferencia acompañada de verduras, en un hoyo cavado en la tierra, cocinado por piedras calientes. El proceso lleva alrededor de 2 horas y, por lo general, se sirven los domingos antes del mediodía. 

Para los fanáticos del trekking, la caminata hacia la Laguna Negra es uno de los paseos obligados. Es un recorrido de 14 kilómetros, que tiene una duración aproximada de entre 4 a 6 horas, dependiendo la cantidad de paradas que se hagan en el medio para admirar cada uno de los paisajes que se puedan encontrar. 

Al comenzar el camino hay una subida leve y constante de un ancho considerable. Más adelante éste empieza a angostarse hasta convertirse en una senda, la cual está señalizada con marcas rojas. El recorrido conduce hasta el Arroyo Goye, ideal para hacer una parada técnica. Desde allí el paseo continúa por un sendero a través de un bosque de coihues donde se puede observar la flora y fauna autóctona.

Tras cruzar terrenos pantanosos, donde el barro abunda, se llega hasta el Rancho Manolo, creado por Manolo Puente quien utilizó este lugar como base para construir el refugio.

Luego del cruce de los arroyos Navidad y el Negro empieza el tramo final y más complejo del paseo bautizado como “El Caracol”, ya que el camino se torna en forma de zigzag que tiene como punto de llegada el refugio llamado “Italia Manfredo Segre”, más conocido como Laguna Negra. 

Se encuentra a 1.650 metros a nivel del mar y su vista imponente invita a degustar de una cerveza artesanal con algunos ahumados, otra especialidad de Bariloche. Este lugar es considerado un punto estratégico para visitar otros refugios como el López, San Martin y Pampa Linda.

Otra opción. Embarcarse en una aventura subacuática en las aguas transparentes del sur argentino, permite conocer un nuevo universo de la vida natural presente en la zona. Es preferible hacer este paseo durante el verano, cuando el agua está entre los 13 y 14 grados Celsius. 

En la zona se pueden encontrar diversos lugares para realizar esta práctica abarcando distintas dificultades, que parten desde los bautismos de buceo hasta actividades que superan los 35 metros de profundidad.

Por ejemplo, en Playa Bonita, sobre el Lago Nahuel Huapi, se llevan a cabo inmersiones de readaptación, cursos y los famosos “bautismos”, siempre acompañado por un instructor certificado. 

Por otro lado, se encuentra el Arroyo La Angostura, un canal que une los lagos más famosos de la ciudad, el Nahuel Huapi y el Moreno. Si bien presenta mayor dificultad se pueden observar las especies típicas de los lagos patagónicos: langostas, cangrejos, truchas, percas, puyenes, alevinos, algas; así como también vistosas formaciones de troncos acumulados.

Para los más aventureros, está el snorkeling en el Río Limay que combina la adrenalina de la velocidad de las aguas con el snorkel y el buceo profundo en el Lago Moreno que alcanza los 37 metros de profundidad. Este se recomienda únicamente a buzos experimentados que deseen disfrutar de la fauna acuática local, encontrándose con truchas arcoíris, parrones, salmonadas entre otras especies.


Fuente: https://www.ambito.com